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LA EDAD Y SUS COSAS

Justamente hoy el día de tu cumpleaños decidimos cambiar nuestros encuentros carnales por otros más peligrosos, los emocionales, esos que te complican las decisiones; los que te hacen actuar y aventurarte como púberos, los que te sacan de la razón, los que dibujan en tu imaginación la ilusión de una relación, ser amantes.

Y es que nos encanta el peligro, sabemos muy bien que nuestros matrimonios están completamente reacios a las separaciones o a los intentos de divorcios. Los hijos son buenas estrategias, conmigo funcionan; no me imagino las mañanas sin los desayunos de Abraham, es lo que mejor sé preparar y lo único que me provoca hacer en la cocina de esa quinta.  Felicia se encarga de todo, lavar, planchar, limpiar, decorar y cocinar; ordena las cuentas y yo solo dejo mi tarjeta de débito sobre la mesa antes de irme a viajar; a la final, no es mucho problema ella es quien lleva mi apellido.

A veces el viaje puede durar dos días, en otras ocasiones hasta un mes, todo depende de quién me acompañe y el ánimo que me dé. Si llenan mi cama con mucha pasión de entrega y se embriaguen conmigo al mismo nivel significa más de 3 días con mucha suerte un par de tardes en la playa, de lo contrario hasta podría viajar solo en una ida y vuelta, las acompañantes siempre sobran, mis tatuajes, mi sonrisa y mi camioneta siempre me ayudan, ahhh esta vida de empresario trillonario es como estar con Dios y con el diablo.

Mi estimada Vecca, tú y yo sabemos muy bien que la consecuencia de involucrar emociones son las esperas que desesperan –le dije. Esperar para llamar, esperar para salir, esperar para vernos, esperar para dormir; esperar que las aguas se calmen, esperar a Abraham que salga del colegio, esperar que a Felicia se le pase, esperar para podernos escapar. La espera es el principal enemigo de los amantes, y el después es el verbo que se conjuga para salvar el romance ¿estás segura de dar ese paso? Yo no tengo apuro y no quiero que mi amistad contigo se pierda le dije sin ningún reconcomio.

Los viajes me sirven para controlar mis estados de ánimo, o así me dijo Oswaldo, mi psicólogo.   Soy un inconforme, un inseguro y un inmaduro con las emociones; mi poca constancia hacia las cosas y las personas me hacen ser un monstruo. Aparte, tengo el peor capricho de todos, contarle mis problemas a cada una de mis amantes, sus análisis de mi equilibran mi culpa, le dan un poco de respiro a mi conciencia y el color que necesito a la vibra de mis días. Pareciera que todas me comprendieran y me quisiesen por como soy, a la final siempre terminan odiando lo que hago y yo con el polvillo de un corazón más estuchado en el bolsillo.

La última confesión que le hice a Hortencia, fue contarle cómo me había dejado Jimena y cuánto me había dolido, lloré y todo, recuerdo que Hortencia me limpió las lagrimas con su lengua, me hizo el amor como nunca y sus palabras a ese encuentro fueron: “me encanta que me cuentes lo que te sucede, me siento importante en tu vida, tu confianza en mí me demuestra lo mucho que significo para ti” Hortencia se había enamorado pero yo estaba perdidamente dolido en el desamor de Jimena y envuelto en las maldiciones de Felicia, quien también se había enterado de mi despecho, -un despecho a los 40 años es a nivel sano, en el que uno no quiere morirse- yo, en el fondo sabía que saldría ileso de todo esto, volvería  buscar a Jimena y ella accedería, Felicia por el bien de Abraham en plena adolescencia me dejaría volver a la quinta, y yo seguiría contándole mis cosas a Hortencia para que me consuele en el sexo más divino del planeta, a pesar de que la espera de Hortencia por mí y mi  falsa renovación de vida, le rompería el corazón y ella de algún modo se marcharía.

Es lo malo de ser veleidoso, todas terminan con el corazón roto y yo con el cargo de conciencia por sentirme tan solo.

Vecca intenta detener el paso, me lo ha dicho un montón de veces, ser amante es complicado me dijo,  “ya no me puedo escapar de mi esposo, mi madre lo ha notado en mi mirada, mis hermanos ya no me hablan, son demasiadas las cosas que pondría en juicio por ti, por este enamoramiento esperanzado y desesperado en saber todas las noches de ti,  la famosa espera me ha llegado Yann, me he enamorado”

 Las mentiras más crueles las dice el silencio, esa tarde no salió media palabra de mi boca después del encuentro, encuentro emocional y ni señas del carnal, solo comí la torta que compramos para  su cumpleaños número 23.

Han pasado 6 meses, Vecca y yo hemos viajado dos veces, uno fue un viaje laboral y en el otro nos regalamos el mar. Vecca tiene el anhelo de que sea con ella con quien me quede definitivamente, sus ojos me lo dicen y sus consejos están muy bien elaborados bajo lo subliminal. Sus análisis de mí concuerdan con los de mi psicólogo, sufro de veleidad.

Yo sigo pensando lo mismo, son cosas de la edad.

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DE KEVIN SPACEY Y OTRAS DISCUSIONES

Él: Mujer ¿en serio andas comentando el escándalo de Kevin Spacey por internet?

Yo: No deberías preguntarme eso cuando tu peli favorita es Sospechosos Habituales. Por lo menos leíste la declaración del actorcito que aparece en Star Treck? No hubo abuso, no hubo penetración, no hubo más que oportunismo, si acaso lo sedujo y ¿quién no quiere ser seducido por Kevin Spacey?

Él: ¿Un niño de 14 años, y si después de esta declaración se suman muchas más? Vas a quedar en ridículo…

«Supongo que podría estar bastante enojado por lo que me pasó, pero cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el mundo. A veces siento como si la contemplase toda a la vez y me abruma. Mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar… pero recuerdo que debo relajarme y no aferrarme demasiado a ella, y entonces fluye a través de mí como la lluvia y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida… Seguramente no tienen ni idea de lo que les estoy hablando, pero no se preocupen… algún día la tendrán.»

Este último fragmento lo dice Lester Burnham, amén de verlo sonreír antes de su muerte. Para los que no entienden ni media palabra de lo que leen, este es el personaje de Kevin Spacey en Belleza Americana, sencillamente nadie en el planeta haría mejor este desvergonzado papel, lamentablemente en mi adolescencia hice caso omiso de la película al no beneficiarme de los papas de mis amigas para ganar sándwiches y un par de masturbaciones.

Aunque las denuncias por acoso al actor no han sido probadas ni sentenciadas, las reacciones morales en masa se encargan de ejercer el peor castigo para Kevin y el peor de los castigos para mí, ya no veré mas a Francis Underwood  hablándome, ya no  veré mas a Francis romper la cuarta pared y decirme cómo ser más despiadada, ya terminó el ciclo de House of Cards, y no me interesa ver un nuevo rumbo de Claire Underwood con ínfulas de triunfadora, más cuando sabes que la serie terminó en un aborto oficiado fuera de toda presunción de inocencia y duda razonable.

Cada día somos más protectores, en mi caso soy defensora de Kevin Spacey; pero tenemos defensores de la mujer, los niños transgéneros, los gays, defensores de los emigrantes, de los negros, de los perros, los gatos, las vacas y de todo lo que la gente de mi generación crea que pueda preservar en el tiempo.

Esto viene al caso, porque en donde vivo  actualmente, se llevó a cabo una consulta pública sobre el reglamento de tenencia responsable de mascotas, el artículo más polémico de la consulta señala  que en las casas con una superficie de terreno inferior o igual a 100 metros el número máximo permitido será de una mascota o animal de compañía, considerando perros y gatos.

 De esta animalista discusión, el alegato de un participante eufórico que más llamó mí atención fue el siguiente:

«¿Y no se les ha pasado por la cabeza, aplicar ese reglamento a los emigrantes? No deberían existir más de dos emigrantes o un emigrante negro por metro cuadrado. Capaz que tengamos una marcha de perros, gatos, ratones, pero prefiero eso a una marcha de emigrantes vagos. Por último, una jornada de esterilización para todos.»

Afortunadamente luego de la infructífera consulta pública, decidieron eliminar el bendito artículo del reglamento; y, tanto perros, gatos como emigrantes no corremos peligro de ser expulsados de nuestras casitas o ser esterilizados.

Nota: los animales y emigrantes usados para este escrito no fueron lastimados durante el proceso creativo.