PISO 7
DPTO 07-03
Fémina incorrecta como el tributo de Madonna para Aretha Franklin.
Esto debería ser el final de mi historia entre Renato y Maritza, pero respeto mucho a mis personajes como para ceder ante todas las presiones que implica el cierre de un ciclo, de una relación, en este caso de un cuento, no imaginé la cantidad de monstruos que alimentaríamos y que acogeríamos en el seno de nuestro blog, Inicie este capricho con Isabel Matheus hace un año, ella estaba en Venezuela, Trujillo, siendo profesora, yo en Santiago, en un cubículo de dos por dos haciendo de secretaria, luchamos con la distancia, la burocracia y todo el escabroso drama país hasta que nos convertimos en dos mujeres reencontradas, para entonces Isa ya no era profesora y yo tampoco era secretaria, cuando una mujer emigra puede ser cualquier cosa; abogada, lava platos, descorazonada, periodista, anfitriona, madre, amante, garzona, productora, puta, peluquera, idiota. Desde que salí de Venezuela he sido cualquier mujer de esas, muchos me preguntan si extraño mi país, sin dudas respondo no, no lo extraño en absoluto, lo que sí extraño es a ciertas personas, la ternura de mis nonos, el histrionismo de un amigo, pero no extraño el desorden, ni la suciedad de las calles, ni la indolencia de las instituciones, o la indiferencia de los viejos amigos partidistas del caos que resultan ya no serlo, los escucho aullar, con el mismo resentimiento partidista que los caracteriza pero esta vez dirigido a todos los que salimos emigrando del país, por qué no respondemos sus mensajes, por qué no acudimos al llamado, la respuesta es simple, no respondemos porque no nos da la gana, ya no estamos sometidos a la lástima, espero que eso sea suficiente para aclarar vuestras dudas. Volviendo al tema que nos acomoda, este blog es mi bebé, el único bebé que por ahora quiero tener, no me imagino con una criatura pegada al pecho, trasnochada, completamente infeliz, escribiendo del 2018, manejando mis tiempos según la hora de su leche mientras le respondo por instagram y whatsapp a 40 mujeres deseosas por hacerse la manicure, es que estoy en la etapa migratoria de la peluquería. Yo me pregunto, ¿será que tengo cara de maquina reproductiva marca opus dei? ¿Será que los 30 son la maldición de la maternidad obligatoria? Solo le pido a Dios y los astros del universo que no me permitan ceder, tengo cosas que terminar, tengo que visitar a Lucas en Lintz, tomarme la bendita foto en el Time Square de New York, abrir una tienda de artículos femeninos luminosos, ni siquiera tengo un perro porque me niego a invertir tiempo en otra vida, por lo que sigo sin entender la fe que me tienen con eso de tener mi bendición, ese bebe te va salvar de una vejez reumatoidea y llena de pupú, que alguien me explique qué clase de padres dicen eso. En enero o febrero de 2018 mi querido Roberto y yo realizamos un itinerario en excel que nos permitió en el mismo cine, orinar, comer y ver desde las 10 am hasta las 11pm todas las películas nominadas a los Premios Oscar, casi nos infartamos en las horas más oscuras, luego sentimos mucha tristeza con The Shape of Water, además de todo el respeto sagrado y costumbrista de esa temporada a la Sra Meryl Streep, este debió ser mi presagio de que sería un año titánico, aunque lamentablemente perdí a Roberto, se soltó de mí porque según él yo soy como una especie de Cersei Lanister caribeña, lo único que puedo alegar a mi favor es que todos los que tenemos exceso de roles en la vida por supuesto que también somos villanos, no todo el tiempo puedo ser esplendida, la candidez se agota. El 30 de diciembre, un día sin candidez, me toco ir a una cena social obligatoria, estaba destinada a reírme sin ganas, afirmar ante cualquier comentario y adular la comida aunque me daba lo mismo, sin embargo, me tope con un hombre de 86 años, lúcido, enterito, me preguntó cuánto tiempo llevo en pareja, mi respuesta también le daba lo mismo, lo que él deseaba era contarme que su esposa murió hace tres años, que todos los días la extrañaba, que solía sentirse muy solo porque fueron 56 años de matrimonio, yo sentí gozo interno, tal vez pensarán que soy malvada por sentir gozo ante la nostalgia de un anciano pero sepan que normalmente los hombres viudos con muchos años de matrimonio se mueren en un lapso no menor de dos años luego de enterrar a su señora, él era un sobreviviente, él no lo sabía pero yo sí y solo por eso mi cena valió la pena.